El resultado de estos excesos generales de gastos produjo una deuda —3.714 millones de euros— que crece paulatinamente. De esa cantidad, 632 millones son pagos pendientes con la Administración: Hacienda y Seguridad Social. Políticos de la izquierda exigen que el Estado exija esos pagos y no mire para otro lado, como hacían hasta ahora las Comunidades Autónomas con sus clubes de referencia. Y es que la deuda aumentó año a año en los últimos tiempos. Creció porque los equipos sufrieron más gastos que ingresos en el último cuatrienio. En la temporada 06-07 hubo un saldo total negativo de 155 millones. En la campaña 07-08 hubo un desfase en rojo de 304 millones. Y en la Liga 08-09 se perdieron 323, resultado de unos ingresos de 1.362 millones y de unos gastos de 1.704 millones, a los que se sumaban unos gastos financieros de 74 millones más.
Presupuestos drásticos
Los clubes ya han reaccionado. Empezando por el segundo nivel de los grandes El Valencia, que debe esos 500 millones, redujo presupuesto hasta los 131 millones. El Atlético, que adeuda 300 millones, presupuestó 110. El Deportivo, campeón de Liga 99-00 y de Copa en 1995 y 2002, presentó un balance de 65 millones. Y el magnífico Villarreal solo contabilizó 67 millones.
Cristiano y Messi, otro orbe
A excepción del Real Madrid y el Barcelona, que planificaron un presupuesto de 442 y de 428 millones respectivamente, el resto tiene claro que solamente deben centrarse en sacar futbolistas de las canteras. No pueden copiar al Real Madrid, que nada más fichar a Beckham tuvo dos millones de peticiones de camisetas. No pueden conseguir que Cristiano, que percibe unos emolumentos de 12 millones, termine siendo rentable, como calcula la casa blanca. El delantero produce otros 13 millones en contratos publicitarios. Messi, que también cobra 12 millones, produce otros seis en publicidad. Es otro mundo.